Martes IV de Cuaresma

Al momento aquel hombre quedó sano
Jn 5, 1-16

Dios de vida feliz y abundante,
no dejes que se apague en mí el deseo
de ser curado,
de superar miedos, odios, bloqueos,
de tantas cosas que no me dejan ser
como Tú me sueñas.
Y hazme inteligente para percibir
tu bondad obrando en mi vida
en lugares, personas y acontecimientos
que no espero.

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