
Bienaventurados los pobres en el espíritu
Mt 5, 1-12a
Manos divinas, manos que crean
tallan y modelan el sueño eterno de su amor.
Manos de mi Dios, manos que dan vida,
contagian aliento, suspiro y comunión.
Manos divinas de mi Dios que encarnan su presencia,
que iluminan, sonríen y armonizan toda mi existencia.
En tus manos, mi Dios, vivo y quiero vivir ahora,
viviéndome en ti, me dejo, sabiendo que no sé vivir sin ti.
Manuel J. Fernández Márquez
Feliz domingo
