

Hoy ha sido la primera vez que he asistido a un encuentro ecuménico juvenil. No quiero ofender a nadie con esta primera afirmación pero hemos de reconocer que ya tenemos una edad a los que asistimos al llamado «movimiento ecuménico». En fin… Si me gustaría destacar un momento en que una muchacha católica romana daba su testimonio. De repente he oído lo que en la CAFA llevamos años intentado transmitir: que, como cristianos, solamente puede convocarnos Cristo y no las campanas de unos, el altar de otros, el culto de aquel o la liturgia del otro. Que nuestra vocación de bautizados la hemos de vivir en armonía a la inagotable imaginación de Dios.
Al final es lo que nos decía el rev Daniel (IERE) en la conferencia de inauguración del curso ecuménico: que la solución a las discordias ecuménicas es una cuestión de biología. Cuando ya no estemos los que nos empeñamos en guardar la llave de nuestros cortijos dejaremos de poner puertas al Espíritu. Entre cantos y palmas esta tarde he vivido un momento de esperanza…




TODO ES GRACIA
fotos cortesía de Mª Isabel